Ideología disfrazada con mandil blanco

La irracionalidad parece no tener límites en el Gobierno nacional a la hora de tomar decisiones, dentro del marco del denominado “proceso de cambio”. La última polémica medida, que seguramente traerá cola, es la de obligar a los postulantes a los 27 Institutos Normales Superiores que existen en el país, a leer textos de doctrina político-ideológica.
La Razón publicó ayer que el Ministerio de Educación puso a disposición de los interesados, en su página web, el Documento Guía de Examen de Admisión para postulantes a los Institutos Normales Superiores, donde, entre otras cosas, uno se encuentra con ejemplos de las preguntas que se les podría hacer a los aspirantes a maestros en Bolivia.
“Los caudillos o líderes que ofrecen y prometen soluciones utópicas, irreales y engañosas, con el fin de establecer dominio y conducir a la población a su antojo, lo podemos resumir con una palabra: a) soberanía. b) liderazgo. c) democracia. d) demagogia”. “El gobierno de unos pocos, el abuso de pocos que se usa en perjuicio del pueblo y en beneficio de una camarilla, se lo puede presentar con un solo término: a) oligarquía. b) dictadura. c) despotismo. d) tiranía”.
Esas son dos de las preguntas que aparecen en el sitio web: www.minedu.gov.bo. Por primera vez el Ministerio de Educación publica una guía sobre el contenido del examen de admisión para los Institutos Normales, según aclara un boletín de prensa, con el objetivo de que los postulantes se familiaricen con la temática que se incluirá en la referida prueba.
Lo curioso es que, además, allí se recomienda la lectura del texto La sublevación indígena-popular: Septiembre-Octubre del 2003, escrito por el vicepresidente de la República, Álvaro García. Más adelante, la guía recomienda a los postulantes estudiar con detenimiento los contenidos propuestos.
No es la primera vez que el gobierno del Movimiento al Socialismo (MAS) pretende imponer una ideología, o una forma de pensar, en las escuelas del país. Hace algunas semanas se conoció de un anteproyecto de ley, con la iniciativa de que los enfrentamientos y muertes de septiembre y octubre del año 2003 sean incluidos en la materia de Educación Cívica, que se imparte a los alumnos de los establecimientos educativos.
Por lo visto, las autoridades no han soportado la tentación y han visto por conveniente inculcar contenidos ideológicos parcializados en los futuros maestros, que, a su vez, los transferirán a sus estudiantes en el aula.
Ante estas desmesuradas medidas gubernamentales, cabe plantearse algunas preguntas: ¿La ministra de Educación, Magdalena Cajías, de probada formación académica, estará de acuerdo con este viraje radical en la manera de educar a las nuevas generaciones de niños y adolescentes bolivianos?
¿Será que la actual corriente político-ideológica, que impulsa el MAS, es tan determinante en la vida profesional de la ministra, como para aceptar este tipo de despropósitos? De acuerdo con lo que se sabía, Cajías no pertenece a las filas del partido de Gobierno y, por tanto, se infiere que no necesariamente deba compartir las decisiones de la cúpula del MAS.
Aún es tiempo de cambiar, de enmendar los errores que pueden costarle caro al país. El cambio debe producirse, pero para bien.
Fuente:
http://www.la-razon.com/versiones/20080704_006323/nota_245_626451.htm