Evo Morales tiene razón: la prensa es su enemiga. En lo que se equivoca el Presidente es en las razones de esa enemistad. La prueba de ello es el cambio que se operó luego de ser elegido por mayoría absoluta. Mientras fue dirigente cocalero y/o diputado, acudía constantemente a la prensa. Salía tanto que se hizo famoso de la noche a la mañana. No es exagerado decir que su imagen pública fue tallada por los periodistas. Cuando fue brutalmente golpeado por efectivos de Umopar, la prensa armó tremendo escándalo y, a raíz de ello, y por el temor de que algún enviado de la DEA o la Embajada estadounidense le “siembre” algún paquetito de droga, no faltaron periodistas que lo cuidaban noche y día. El día en que el Parlamento lo licenció, el escándalo se hizo mayúsculo por la gran cobertura de prensa que tuvo. Nadie entonces se quejaba de mentiras, tergiversaciones o campañas porque Evo Morales era el mimado de los medios. Las cosas comenzaron a cambiar cuando fue elegido Presidente. Poco antes de tomar posesión, el 17 de enero de 2006, retornó de una gira por diez países y le pidió al periodismo que el tema marítimo sea tratado “sin bulla”. Pedido difícil de cumplir porque era ir contra una de las funciones específicas del periodismo: la de informar. Cinco días después de haber asumido el mando de la Nación, el 27 de enero de 2006, en la entrega de los premios nacionales de periodismo 2005 de la Asociación de Periodistas de La Paz, recomendó a los periodistas “una crítica constructiva, pero en base a la verdad y no en la mentira”. Poco después, ya en febrero, el Presidente expresó públicamente su molestia porque algunos medios difundieron la noticia de que habría sufrido un amago de desmayo presumiblemente por exceso de trabajo. Eso no era un insulto ni mucho menos. Fue, quizás, una exageración, pero el enfado del Mandatario era desmedido. Casualidad o no, el 24 de febrero de 2006 se entorpeció el trabajo de los periodistas que cubrían el acto por el 69 aniversario de la Academia Nacional de Policías. Lo demás (las cada vez mayores agresiones a la prensa) es historia conocida… ¿Cómo fue que se operó un cambio tan drástico en tan poco tiempo? La respuesta es sencilla: Evo Morales y su partido se convirtieron en Gobierno y, por lo tanto, son enemigos de la prensa. Desde su origen, en la Roma de Julio César, el periodismo y el poder político son enemigos naturales. “Las relaciones entre el poder político y el poder de la prensa poseen el carácter de una lucha en la que el primero busca dominar al segundo”, escribió el chileno Raúl Sohr en su Historia y poder de la prensa. No existió, no existe ni existirá gobernante que no intente, o por lo menos sueñe, con controlar a la prensa. “La libertad de prensa debe estar en manos del Gobierno”, dijo Napoleón, quien agregó: “Abandonarla a sí misma es dormirse junto a un peligro”. Ahora bien, el periodista que tenga dignidad no puede convertirse en apéndice, vocero o propagandista de Gobierno alguno, sea de izquierda, derecha, del centro o adentro, ya que al hacerlo es cooptado por el poder político y ya no tiene moral para ser un testigo confiable de la realidad que refleja. Como lo hizo Hitler en su época —a través de su ministro de propaganda, Joseph Goebbels—, el Gobierno de Evo pretende que la prensa reproduzca sus mensajes. Los que no lo hacen o, peor aún, dan una nota disonante son considerados enemigos o reciben cualquier otro denominativo de la jerga marxista. Evo Morales tiene razón: sólo el 10 por ciento de los periodistas son dignos… aquellos que nunca se doblegaron a Gobierno alguno. * Periodista
http://www.laprensa.com.bo/noticias/22-12-08/22_12_08_opin3.php
Este blog ha sido creado para que los paceños nos quitemos el estigma de que somos masistas. LA PAZ NO APOYA AL MAS, La Paz no apoya los afanes totalitarios del gobierno de Evo Morales. Bienvenidos los nuevos lectores: LA PAGINA SE ACTUALIZA DIARIAMENTE
lunes, 22 de diciembre de 2008
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