LA POLICIA NACIONAL NO SE MERECE ESTE TRATO!!!!!!!!!!!
Este blog ha sido creado para que los paceños nos quitemos el estigma de que somos masistas. LA PAZ NO APOYA AL MAS, La Paz no apoya los afanes totalitarios del gobierno de Evo Morales. Bienvenidos los nuevos lectores: LA PAGINA SE ACTUALIZA DIARIAMENTE
miércoles, 11 de junio de 2008
Bolivia.... ¿cambia?
Hoy ¿quién tendría el cinismo de decirnos que somos un Estado institucionalmente fuerte? (se me ocurren nombres de algunos cínicos, pero evidentemente debemos ignorarlos). En los últimos dos años, Bolivia ha profundizado su debilidad institucional llegando a poseer una fuerza casi nula. Lo que ha ido in crescendo es el alcance del Estado, y lo que nos propone el Vice es continuar incrementándolo irracionalmente. Cambiar la opción 1 por la 4 será catastrófico para nuestra economía, puesto que quienes disfrutarán de la happy hour serán los políticos y burócratas del gobierno, que (siguiendo las instrucciones del Presidente) podrán ignorar la ley y manejar los recursos y empresas del Estado indiscriminadamente, situándonos, como siempre, en el conjunto de países fracasados del globo. Bolivia ¿cambia? Evo cumple… ¿ese es el gran cambio? ¿De país fracasado opción 1 a país fracasado opción 4?… ¡lástima!
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Editorial La Razón: La policía nacional cumplió su deber
Una desconcertante condena del Gobierno ha recibido la Policía Nacional por haber impedido que una multitudinaria turba asalte y queme la Embajada de Estados Unidos en Bolivia, el último lunes, como eran los designios de varios dirigentes de la ciudad de El Alto.
El reproche provino del ministro de Gobierno, Alfredo Rada, el mismo que hace un tiempo subestimó las exportaciones de soya al calificar a ésta como un "alimento para los chanchos". Esta vez, Rada dijo que el accionar de la Policía fue "poco eficiente", y que "no se debió acudir a la fácil vía de la represión", sino "a la prevención". Desde su óptica, una movilización tan grande, que según la radio Fides tuvo entre 150.000 y 170.000 personas, debió ser contrarrestada "con un criterio profesional".
El objetivo de la marcha era pedir la extradición del ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada y del que fuera su ministro de Defensa, Carlos Sánchez Berzaín, a pocas horas de que el país se enterara de que este último ha recibido asilo político en Estados Unidos, donde ambos radican desde la revuelta de octubre del 2003. Miles de alteños se agolparon cerca de las puertas de la legación diplomática, donde hicieron explosionar petardos y gritaron "Fuera yanquis" y "A quemar la embajada".
Cuando quisieron forzar las entradas, los policías resistieron, protegiéndose con sus escudos y utilizando sus laques, en tanto que los marchistas hicieron explotar petardos y, algunos, hasta cartuchos de dinamita. No pocos enfrentaron a patadas a los policías y les lanzaron piedras. Entonces, las fuerzas del orden optaron por arrojar gas lacrimógeno para dispersar a los atacantes.
La falta de previsión de los policías, como les cuestionó el ministro Rada, no fue evidente. A dos cuadras de la embajada se habían colocado defensivos de fierro y, además, había un fuerte cordón de seguridad.
El comandante departamental de la Policía, coronel Víctor Hugo Escóbar, dijo que los marchistas se habían comprometido a realizar una marcha pacífica y a no causar ningún daño ni enfrentamiento. Esa misma noche, fue destituido del cargo, según lo que dio a entender el ministro Rada, después de una evaluación de su accionar en los incidentes del lunes.
Los 300 policías que cumplieron con su labor de preservar el orden público, sin duda, aprendieron una lección. En Bolivia, los papeles están cambiados: a ellos se les puede reprimir hasta dejarlos heridos, como ocurrió el lunes, pero a una turba de desaforados no. Es que, en la actualidad, éstos tienen protección gubernamental, de otro modo no se explica lo ocurrido.
Una pésima señal se ha dado al mundo con el mensaje del ministro Rada; un discurso contrario al trabajo de una Policía que, evidentemente, no está interesada en someterse al gobierno de turno y sí, en cambio, en preservar su debida institucionalidad. ¿Qué esperaba Alfredo Rada?, ¿que la gente ingresara a la embajada y la quemara, como lo habían anticipado? Porque, de no actuar la Policía para dispersar a la multitud, eso hubiera pasado con toda seguridad.
Para colmo, la asistencia de los marchistas fue controlada con fichas. Tal es la democracia de cierta dirigencia, practicante de estos viejos métodos de persuasión. Y todavía reciben el respaldo del gobierno del MAS...
El reproche provino del ministro de Gobierno, Alfredo Rada, el mismo que hace un tiempo subestimó las exportaciones de soya al calificar a ésta como un "alimento para los chanchos". Esta vez, Rada dijo que el accionar de la Policía fue "poco eficiente", y que "no se debió acudir a la fácil vía de la represión", sino "a la prevención". Desde su óptica, una movilización tan grande, que según la radio Fides tuvo entre 150.000 y 170.000 personas, debió ser contrarrestada "con un criterio profesional".
El objetivo de la marcha era pedir la extradición del ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada y del que fuera su ministro de Defensa, Carlos Sánchez Berzaín, a pocas horas de que el país se enterara de que este último ha recibido asilo político en Estados Unidos, donde ambos radican desde la revuelta de octubre del 2003. Miles de alteños se agolparon cerca de las puertas de la legación diplomática, donde hicieron explosionar petardos y gritaron "Fuera yanquis" y "A quemar la embajada".
Cuando quisieron forzar las entradas, los policías resistieron, protegiéndose con sus escudos y utilizando sus laques, en tanto que los marchistas hicieron explotar petardos y, algunos, hasta cartuchos de dinamita. No pocos enfrentaron a patadas a los policías y les lanzaron piedras. Entonces, las fuerzas del orden optaron por arrojar gas lacrimógeno para dispersar a los atacantes.
La falta de previsión de los policías, como les cuestionó el ministro Rada, no fue evidente. A dos cuadras de la embajada se habían colocado defensivos de fierro y, además, había un fuerte cordón de seguridad.
El comandante departamental de la Policía, coronel Víctor Hugo Escóbar, dijo que los marchistas se habían comprometido a realizar una marcha pacífica y a no causar ningún daño ni enfrentamiento. Esa misma noche, fue destituido del cargo, según lo que dio a entender el ministro Rada, después de una evaluación de su accionar en los incidentes del lunes.
Los 300 policías que cumplieron con su labor de preservar el orden público, sin duda, aprendieron una lección. En Bolivia, los papeles están cambiados: a ellos se les puede reprimir hasta dejarlos heridos, como ocurrió el lunes, pero a una turba de desaforados no. Es que, en la actualidad, éstos tienen protección gubernamental, de otro modo no se explica lo ocurrido.
Una pésima señal se ha dado al mundo con el mensaje del ministro Rada; un discurso contrario al trabajo de una Policía que, evidentemente, no está interesada en someterse al gobierno de turno y sí, en cambio, en preservar su debida institucionalidad. ¿Qué esperaba Alfredo Rada?, ¿que la gente ingresara a la embajada y la quemara, como lo habían anticipado? Porque, de no actuar la Policía para dispersar a la multitud, eso hubiera pasado con toda seguridad.
Para colmo, la asistencia de los marchistas fue controlada con fichas. Tal es la democracia de cierta dirigencia, practicante de estos viejos métodos de persuasión. Y todavía reciben el respaldo del gobierno del MAS...
Fuente:
Castigo por preservar el orden y la seguridad
La marcha de miles de alteños del pasado lunes traía potencial como para convertirse en enfrentamiento de lamentables consecuencias. La protesta ya venía aumentando en intensidad con días de anticipación, producto de los numerosos conflictos internos que siguen exacerbando los ánimos de los bolivianos. Pero en esta ocasión y casi a último momento surgió un motivo como para caldear esos ánimos a niveles extremos: la supuesta concesión de asilo político al ex ministro de Defensa Carlos Sánchez Berzaín por parte del Gobierno de Estados Unidos. Los dueños de negocios y ciudadanos en general tomaron sus previsiones y se pusieron a buen recaudo frente a posibles hechos de vandalismo, y lo hicieron muy bien porque los movilizados causaron destrozos a la propiedad privada y agredieron a transeúntes. Actuando con precaución, los paceños evitaron que hubiera saqueos en gran escala y que personas inocentes resultasen heridas. La Policía hizo su parte. Anticipándose a una posible toma de la Embajada estadounidense, los uniformados tendieron un cerco de protección en resguardo de la sede diplomática. Los efectivos resistieron estoicamente la embestida de las turbas enardecidas que los superaban en número, y finalmente utilizaron gas lacrimógeno, pero sólo cuando los manifestantes comenzaron a agredirlos con petardos y gas pimienta. Cuatro policías resultaron heridos y una decena de manifestantes sufrieron intoxicaciones por los gases. En el balance, las consecuencias pudieron haber sido mucho peor de no haber sido la acertada acción policial. Por eso, llama la atención que el ministro de Gobierno, Alfredo Rada, haya decidido destituir al comandante departamental de la Policía, bajo el argumento de que a la autoridad policial “le faltó planificación” y que se infiltraron provocadores “que no entendieron el sentido de la marcha y que no representan a la alteñidad”. Nos invade la duda de cómo un policía podría identificar a los que son infiltrados en una marcha multitudinaria y, más difícil aún, reprimir sólo a ellos sin afectar a los miles de marchistas, que al parecer gozan del apoyo del Gobierno. Aquí no hay dónde perderse. Esta nueva decisión del ministro Rada viene a confirmar la política de su despacho que es la de manipular a la institución del orden para que sea complaciente con los “movimientos sociales” afines al Gobierno y severa contra los opositores. Lo correcto sería que la Policía cumpliera —siempre y sin excepciones— con su papel constitucional de preservar el orden y de brindar seguridad a los ciudadanos. Y para ello, debe contar siempre con el apoyo logístico necesario para no verse rebasada bajo ninguna circunstancia.
Fuente:
Canta victorioso pueblo de leyendas
El Beni ha decidido, los benianos nos hemos manifestado a través del mecanismo mas importante en democracia, el voto popular; pero mas que una decisión es una declaración de voluntad (hacia el gobierno nacional) y un mandato popular (para las autoridades departamentales del Beni), la declaración de voluntad consiste en la voluntad de cambiar el modelo de administración político y administrativo, asumiendo nuevas competencias, y el mandato popular consiste en la obligación que tiene el Prefecto del Beni y el Consejo Departamental del Beni, de realizar las acciones conducentes establecidas en el Estatuto Autonómico aprobado y en vigencia, para establecer la nueva institucionalidad gubernamental en el Beni.
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http://lapatriaenlinea.com/index.php?option=com_content&task=view&id=878&Itemid=33
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El relevo de un coronel deriva en malestar policial
Cuatro autoridades policiales de alto rango, en conversaciones separadas con este medio, aseveraron ayer que dentro de la institución existe un profundo malestar tras conocerse la nueva orden de destinos, en la que el coronel Víctor Escóbar, hasta el lunes comandante departamental de La Paz, fue suspendido y no tiene ningún cargo aún.
Un alto jefe policial que pidió guardar su identidad señaló que “hay mucha molestia dentro de la institución por esa actitud del ministro (de Gobierno, Alfredo Rada)”. El lunes, el ministro repudió el accionar de la Policía que gasificó a cientos de campesinos y gente alteña que intentó ingresar a la Embajada de Estados Unidos y quemarla.
Un alto jefe policial que pidió guardar su identidad señaló que “hay mucha molestia dentro de la institución por esa actitud del ministro (de Gobierno, Alfredo Rada)”. El lunes, el ministro repudió el accionar de la Policía que gasificó a cientos de campesinos y gente alteña que intentó ingresar a la Embajada de Estados Unidos y quemarla.
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http://www.la-razon.com/versiones/20080611_006300/nota_249_612351.htm
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Conflictos rebasan al gobierno concentrado en peleas externas
El gobierno alienta la confrontación externa mientras pierde la capacidad de control y mitigación de los conflictos internos. Consecuente con la línea de oposición al “imperio”, marcada por Venezuela, el gobierno del presidente Evo Morales ha encontrado en el asilo al ex ministro de Defensa Carlos Sánchez Berzaín, un nuevo impulso para tensionar la relación con Estados Unidos.
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