De la censura a la admisión de culpa

Por: Boris Gómez Uzqueda (*)La nacionalización y la ausencia de política energética boliviana costará a la Argentina más o menos 15-20 millones de dólares/día durante el frío invierno, ya que el incumplimiento de contrato -por parte de la dirigencia estatal boliviana- en envío de gas a la Argentina obliga a que los argentinos adquieran el costoso LNG (gas natural licuificado) desde Trinidad & Tobago en el Caribe a un precio promedio de 17 dólares por millón de Unidades Térmicas Británicas (BTU), el doble de lo que nos paga.Recientemente el ministro de Hidrhttp://lapatriaenlinea.com/index.php?option=com_content&task=view&id=2794&Itemid=33ocarburos y Energía de Bolivia, la autoridad estatal más alta en la dirección de la política energética del país fue objeto de censura plena por el Senado, cabalmente porque los senadores, como los ciudadanos, se dieron cuenta de una ausencia de política de Estado en hidrocarburos y energía. La censura dio como respuesta desorientada y sin fundamentos a una inmediata ratificación del Presidente a su ministro cuestionado por ésa instancia del Legislativo. Lo correcto hubiera sido que se marchara a su casa y no admitiera, como públicamente lo hizo, de que –por ejemplo- al no haber funcionado la nacionalización “Bolivia firmó el contrato de venta de gas natural a Argentina basado en datos optimistas, pero irreales” (Los Tiempos 27.06.2008).Lo grave es que el Estado boliviano se está manejando de esa forma: con puro voluntarismo y optimismo y sin la participación de elementos de análisis técnicos basados en cifras y datos reales, como en el caso energético: se hizo una “nacionalización” y se prometió industrializar el gas en valor agregado sin saber que éste último procedimiento toma cifras multimillonarias y muchos años, agregados a un clima político de certidumbre y de estabilidad. Parece que a la dirigencia estatal se le olvidó que nuestro país es la segunda reserva de gas natural de América Latina y que debe desarrollar ese potencial para salir de la pobreza, pero sin enturbiar aguas de la política porque procesos multimillonarios de inversión multinacional en negocios de hidrocarburos requieren estabilidad y tranquilidad. Que ni crean los autoritarios que en un país con 6 de 9 regiones en contra del Presidente van a decidir muy felices y contentos ejecutivos de grandes corporaciones arribar a Bolivia a poner cifras astronómicas en negocios que si bien es cierto podrían ser rentables desde el ángulo político actualmente son de mucho riesgo.No es la primera vez que la dirigencia estatal boliviana incumple con otros países. El censurado-ratificado ministro ya anuncio que “recién el próximo año se podrá aumentar la provisión de gas a Argentina”, en franca violación a contratos previamente suscritos.La excusa utilizada por el censurado es pueril: cuando alguien suscribe un contrato no puede echar la culpa a datos falseados, u optimistas o simplemente decir que eran “culpa del anterior gobierno”. Aquí se juega la fe del Estado boliviano que debe responder sus pactos y contratos de suministro de gas con prontitud, celeridad y acorde a las reglas comerciales universales.El hecho de que el Estado boliviano quiera, por otro lado, argumentar su falta de credibilidad en el suministro de gas a países limítrofes (caso Argentina, o caso Cuiabá, Brasil a donde ya se les falló en el suministro en meses pasados) basado en afirmaciones ministeriales de que las “compañías petroleras sólo hicieron inversiones de mantenimiento, no de aumento de producción” es otra falta de seriedad. Seguramente no invirtieron más las multinacionales porque los “sabios” autoritarios de la dirigencia boliviana los “nacionalizaron” y los corretean con sus tristemente célebres “movimientos sociales” que no son otra cosa que grupos de choque del autoritarismo. El notorio incumplimiento del contrato de venta de gas boliviano a la Argentina fue detonante para que el Senado censure y cuestione la “política” energética del Poder Ejecutivo: desde 2008 la estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) debía entregar 16 Mmm3/D (millones de metros cúbicos de gas por día) llegando al año 2027 al volumen de 27,7 Mmm3/D. Actualmente Bolivia entrega menos de 2 Mmm3/D, mucho menos del volumen obligatorio pactado en el contrato que es de 5,0 Mmm3/D y aún menos de los 7,7 Mmm3/D que éste 2007 debiera estar recibiendo la Argentina. Como no hay dinero para mayores emprendimientos en el área la producción bruta de gas natural (considerando combustibles, quema, venteo y reinyección), llega a 40,24 Mmm3/D, insuficientes para proyectar nuevos mercados demandantes de electricidad como Chile o Paraguay.Astas fallas se explican porque los autoritarios andan metidos en mucha política confrontacional y en cero desarrollo de su propuesta de “industrializar” el gas… con apenas tres pozos perforados ésta gestión es casi menos que imposible que la mentada industrialización arranque menos se consolide en éste periodo de gobierno.Por otro lado el suministro de gas a la Argentina se enfrenta a nuevos frentes: no se puede reducir el envío de gas a Brasil (hasta 30 Mmm3/D) para desviarlo a la Argentina, al mismo tiempo se está incrementando el consumo interno y el mismo debe estar garantizado por ley (llegaremos a consumir 8 Mmm3/D hasta fin de año) y los niveles de inversión en desarrollo de reservorios para producción son mínimos porque ya lo dijimos: no hay corporación multinacional interesada en el riesgo/país.Las inversiones para 2008 no llegan ni a 350 millones de dólares, cifra absolutamente intrascendente para los proyectos a escala de industrialización de gas que se deben hacer en el país.(*) Master en Administración, técnico en dirección de compañías de gas y petróleo, consultor de hidrocarburos. http://zoonenergetikon.blogspot.com
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