Editorial El Mundo: No le tengan miedo al pueblo

Esa es la muletilla que usa el Presidente Evo Morales -y los spot televisivos- para desafiar a los Prefectos a que se sometan dócilmente a lo ilícito, a lo ilegal, a lo arbitrario, a que tengan que tragar clavos y tachuelas mientras él participa placenteramente masticando su hoja sagrada y todo esto porque en la mente del presidente escasean las neuronas y abundan las majaderías y no encontró mejor muletilla que convertirse en el portavoz del "pueblo", se siente el Mesías, el guía de los hombres y mujeres que habitan esta parte geográfica llamada Bolivia. Hoy este personaje que no es el mejor ejemplo del pueblo habla a nombre de el permanentemente, no deja de ser un atrevimiento ya que nadie está en condiciones de hablar a nombre de 9 millones de ciudadanos menos un personaje que no es ejemplo de trabajo, de esfuerzo, de capacidad, de un don especial, de un grado académico respetado, quien habla atropellando las palabras no es el indicado, tampoco es indígena ya que no sabe hablar ninguna de las 26 lenguas originarias, solo aprendió oficios como tocar cornetas para los prestes de los cocaleros, pues nunca cultivó un cato de coca ya que accidentalmente gracias a su corneta (que por cierto toca deficientemente) él fue beneficiado con su "cato" famoso por ser el organizador de los campeonatos de fútbol de los cocaleros, una cosa lleva a la otra y luego termina como el líder de los cocaleros (sin serlo), más tarde Diputado y con la intimidación, los bloqueos, la sedición y el enfrentamiento altera por lo menos en tres oportunidades la democracia hasta que con la amenaza de paralizar el país obliga a alterar la constitución y llamar a elecciones, así aparece de Presidente con una votación digna de remarcar. Lo cual no le da derecho a cambiar las reglas de juego, a patear el tablero constitucional para instaurar una especie de poder central que acumule en una sola mano todo el poder político, económico, donde no se respetan las reglas universales de la democracia, la justicia, y mas temprano que tarde tendrá el control de los medios, alterando la vida democrática de una nación, de pronto con las ventajas que el implantó llama a referéndum permanentes donde cada espacio de poder que no controla es su objetivo a tomar, situación que no se dió con las monarquías absolutas, con los regimenes fascistas ni del propio Chávez que se sujeta a las normas y no atenta contra los poderes regionales o institucionales que no controla. Esto camina a una dictadura cocalera que no tiene concepciones ideológicas algunas, no responde a la lógica, destruye la economía jurídica, paraliza o destruye el aparato productor que es la base de la economía nacional, destruye todo lo que no es dócil a sus intereses, quiere tener a este país con la mano mendigando por un plato de lentejas o por un bono que nos condenará a ser miserables. El daño que Evo le hace al país es de retroceder no 20 sino 50 años o más, un retroceso en el que la factura la pagaremos entre todos los que nos quedemos a ver como esta especie moderna de Nerón Evo empiece a llorar cuando Bolivia esté ardiendo, pero cuidado que no llorará por ver como destruye un país sino por el color de las llamas (fuego) que lo emocionarán. Ya escribo desesperado de ver como las oportunidades se desvanecen, como Evo perdió la ocasión de pasar a la historia como el líder que unió la patria toda y en su lugar pasó a convertirse en una especie de nuevo Robert Mugabe que a nombre del pueblo hace lo que hizo Hitler, Muosoline, Stalin y otros, solo basta que el tiempo nos enrostre nuestra responsabilidad de no haber cuidado los valores que son el tesoro de los Pueblos.