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La presente entrevista fue lograda mediante correo electrónico. El ex prefecto de Chuquisaca tardó unos días en responder el cuestionario desde Lima. Asegura que tuvo que consultar con la Cancillería del Perú para poder contestar las preguntas que le enviamos. Sus respuestas llegaron a las 22.30 del sábado, un día antes de las elecciones de prefecto.
¿Cómo ha estado, ex prefecto?
Estoy juntamente a mi familia, que es lo que nos da fortaleza para sobrellevar este tiempo…
¿Y su familia?
La presencia de los hijos nos genera esperanza y alegría. El apoyo de los familiares cercanos, pese a las amenazas y la presión recibida… aprovecho, hoy, para agradecer.
¿Dónde vive actualmente?
Estoy viviendo en Lima.
¿Le otorgaron asilo político? ¿Cuál es su condición jurídica en ese país?
En diciembre del 2007 me confirieron el estatus de ‘refugiado’ con una condición migratoria de residente.
¿A qué se dedica ahora?
Estoy dedicado a mis hijos y, también, trabajando algunas ideas, que serán propuestas para algunas instituciones en general.
¿Piensa quedarse en ese país?
Dependerá de mi situación laboral.
¿Por cuánto tiempo?
No lo sé.
¿Ha pensado en regresar al país? ¿Ha pensado en volver a Sucre?
Es mi país, y tengo todo el derecho de regresar. Lo más importante es sostener a mi familia, éste será un factor importante para decidir.
¿Cuándo?
Reitero lo dicho: las decisiones están en función del sustento familiar.
Muchos dicen que su “escape” del país fue hecho de película, se especula mucho al respecto. ¿Por qué se fue del país realmente? ¿Por qué huyó?
Había que dar seguridad a mi familia, resguardar sus vidas, era la responsabilidad número uno para mí. En Sucre, no sólo amenazaron a mi familia, sino, y como es de conocimiento público, saquearon, quemaron mi casa y atentaron contra mi vida, procuraron matarme. En este último hecho, varios periodistas estaban presentes.
Entonces, ¿es cierto que el gobierno de Evo Morales lo persiguió? ¿Lo presionaron para que continúe como prefecto?
No, no es cierto.
¿Quiénes lo persiguieron? ¿Qué pasó en La Paz antes de su huida?
Entiendo que la Fiscalía aún no concluye su investigación. Esperamos que nos dé a conocer de esos hechos cobardes y violentos. Por ello decidí dejar el país: por mi familia (dos niños y una bebé).
Cuéntenos cómo fue su “escape”… ¿Cómo salió del país? ¿Quiénes lo ayudaron?
Salí al Perú, un país cercano, y me ayudó gente que, realmente, no conocía.
Sabemos que usted estuvo en La Kalancha y en el Liceo Militar en noviembre para intentar frenar la sesión de la Asamblea, pero ningún miembro de la Asamblea ni del Gobierno le hicieron caso. ¿El Gobierno lo desautorizó totalmente?
Gestioné para evitar enfrentamientos y sus consecuencias, muy poco se informó de ello: varias horas con la fiscal, representantes de Derechos Humanos y la Policía, recorriendo La Glorieta para aclarar las denuncias de personas detenidas, varias convocatorias públicas que no fueron atendidas. Aclaré a los medios que las decisiones fueron en esferas nacionales, de manera oficial y extraoficial… no fui informado. Convoqué a la población a no prestarse al juego de la violencia, pero “nadar contra corriente” y peor cuando las condiciones son adversas, impidieron que mis gestiones tengan resultados favorables.
¿Sabe quiénes dirigieron el operativo represivo esos días fatídicos?
Como todos, estamos esperando los resultados de la Fiscalía.
¿Considera que el Gobierno lo abandonó? ¿Lo dejaron sólo con el problema?
Considero que, cuando existen posiciones cerradas en el liderazgo, los efectos son negativos. Por una parte, pretender escribir una nueva Constitución en un año, de hecho, es una misión casi imposible; el costo es alto. De otro lado, un liderazgo de oposición no sólo regional sino nacional que pretende negociar sin ceder nada, entonces, lograr acuerdos es una misión casi imposible. En todo diálogo y negociación se debe pensar en ganar todos, se tiene que ceder algo para avanzar y no quedarse en la lógica “pierdes tú y gano yo”. Lamentablemente esa es la lógica utilizada.
¿Recibió alguna llamada del Gobierno, algún tipo de ayuda aquellos días?
No recibí ni un centavo del Gobierno. Estoy en Lima, con el apoyo de dos iglesias evangélicas cristianas.
¿Usted se siente una víctima de lo sucedido en Sucre? ¿Por qué?
Esta es una situación, en lo personal y familiar, muy injusta, pero es el precio por mantener una conducta en base a principios, no violencia, no odio, lo mencioné públicamente desde el 13 de julio del 2007; sin embargo, la población ha sido influida por el liderazgo local que convocaba a enfrentar con fuerza, utilizando argumentos de “orgullo”, “dignidad”, que dificultaron evitar conductas de odios y violencia; debíamos salir urgentemente de la corriente de “si ellos lo hicieron, entonces lo haremos también”.
¿Ha estado al tanto de lo que sucede en el país y en su ciudad, Sucre?
Sí.
¿Cómo ve al país desde donde se encuentra?
No es para sentir orgullo. Veo el riesgo de que nuestro país se haga pedazos. Veo un país muy polarizado. Todos los violentos están sueltos de cuerpo, aplaudidos. Se ha estigmatizado al otro, no hay posibilidad para pensar diferente, no hay espacio para estar en desacuerdo con los bloques antagónicos, muy poco le importa a los medios, posiciones distintas a la de las dos corrientes en disputa.
¿Cómo ve al gobierno de Evo Morales?
Es triste, para un dignatario, gobernar sólo para un sector, pues la otra parte le rechaza profundamente.
Este domingo, su departamento celebra la elección de su sucesor, ¿cómo ve a los candidatos?
Son candidatos como resultado de las confrontaciones. Representan a uno y otro polo en disputa. Me parece que tendrán un rol político, que es lo que la población apoya.
¿Tiene un favorito?
Sí...
¿Qué le dice a los chuquisaqueños en el día de las elecciones?
Ellos votaron el 2005, hace dos años y seis meses, por un liderazgo nuevo, que pretendió trabajar no en base a promesas sino en base a principios. Hoy eso quedó en el pasado, hoy la población, al parecer, prefiere un liderazgo más político. La fuerte influencia de instituciones y de medios son los factores para que mucha gente elija ese camino.
A propósito, ¿qué es lo que más extraña de su ciudad?
Mi familia.
Pues mándeles saludos.
Siempre lo hago, pero reitero mis consideraciones y mi cariño a ellos.
¿Cómo ha estado, ex prefecto?
Estoy juntamente a mi familia, que es lo que nos da fortaleza para sobrellevar este tiempo…
¿Y su familia?
La presencia de los hijos nos genera esperanza y alegría. El apoyo de los familiares cercanos, pese a las amenazas y la presión recibida… aprovecho, hoy, para agradecer.
¿Dónde vive actualmente?
Estoy viviendo en Lima.
¿Le otorgaron asilo político? ¿Cuál es su condición jurídica en ese país?
En diciembre del 2007 me confirieron el estatus de ‘refugiado’ con una condición migratoria de residente.
¿A qué se dedica ahora?
Estoy dedicado a mis hijos y, también, trabajando algunas ideas, que serán propuestas para algunas instituciones en general.
¿Piensa quedarse en ese país?
Dependerá de mi situación laboral.
¿Por cuánto tiempo?
No lo sé.
¿Ha pensado en regresar al país? ¿Ha pensado en volver a Sucre?
Es mi país, y tengo todo el derecho de regresar. Lo más importante es sostener a mi familia, éste será un factor importante para decidir.
¿Cuándo?
Reitero lo dicho: las decisiones están en función del sustento familiar.
Muchos dicen que su “escape” del país fue hecho de película, se especula mucho al respecto. ¿Por qué se fue del país realmente? ¿Por qué huyó?
Había que dar seguridad a mi familia, resguardar sus vidas, era la responsabilidad número uno para mí. En Sucre, no sólo amenazaron a mi familia, sino, y como es de conocimiento público, saquearon, quemaron mi casa y atentaron contra mi vida, procuraron matarme. En este último hecho, varios periodistas estaban presentes.
Entonces, ¿es cierto que el gobierno de Evo Morales lo persiguió? ¿Lo presionaron para que continúe como prefecto?
No, no es cierto.
¿Quiénes lo persiguieron? ¿Qué pasó en La Paz antes de su huida?
Entiendo que la Fiscalía aún no concluye su investigación. Esperamos que nos dé a conocer de esos hechos cobardes y violentos. Por ello decidí dejar el país: por mi familia (dos niños y una bebé).
Cuéntenos cómo fue su “escape”… ¿Cómo salió del país? ¿Quiénes lo ayudaron?
Salí al Perú, un país cercano, y me ayudó gente que, realmente, no conocía.
Sabemos que usted estuvo en La Kalancha y en el Liceo Militar en noviembre para intentar frenar la sesión de la Asamblea, pero ningún miembro de la Asamblea ni del Gobierno le hicieron caso. ¿El Gobierno lo desautorizó totalmente?
Gestioné para evitar enfrentamientos y sus consecuencias, muy poco se informó de ello: varias horas con la fiscal, representantes de Derechos Humanos y la Policía, recorriendo La Glorieta para aclarar las denuncias de personas detenidas, varias convocatorias públicas que no fueron atendidas. Aclaré a los medios que las decisiones fueron en esferas nacionales, de manera oficial y extraoficial… no fui informado. Convoqué a la población a no prestarse al juego de la violencia, pero “nadar contra corriente” y peor cuando las condiciones son adversas, impidieron que mis gestiones tengan resultados favorables.
¿Sabe quiénes dirigieron el operativo represivo esos días fatídicos?
Como todos, estamos esperando los resultados de la Fiscalía.
¿Considera que el Gobierno lo abandonó? ¿Lo dejaron sólo con el problema?
Considero que, cuando existen posiciones cerradas en el liderazgo, los efectos son negativos. Por una parte, pretender escribir una nueva Constitución en un año, de hecho, es una misión casi imposible; el costo es alto. De otro lado, un liderazgo de oposición no sólo regional sino nacional que pretende negociar sin ceder nada, entonces, lograr acuerdos es una misión casi imposible. En todo diálogo y negociación se debe pensar en ganar todos, se tiene que ceder algo para avanzar y no quedarse en la lógica “pierdes tú y gano yo”. Lamentablemente esa es la lógica utilizada.
¿Recibió alguna llamada del Gobierno, algún tipo de ayuda aquellos días?
No recibí ni un centavo del Gobierno. Estoy en Lima, con el apoyo de dos iglesias evangélicas cristianas.
¿Usted se siente una víctima de lo sucedido en Sucre? ¿Por qué?
Esta es una situación, en lo personal y familiar, muy injusta, pero es el precio por mantener una conducta en base a principios, no violencia, no odio, lo mencioné públicamente desde el 13 de julio del 2007; sin embargo, la población ha sido influida por el liderazgo local que convocaba a enfrentar con fuerza, utilizando argumentos de “orgullo”, “dignidad”, que dificultaron evitar conductas de odios y violencia; debíamos salir urgentemente de la corriente de “si ellos lo hicieron, entonces lo haremos también”.
¿Ha estado al tanto de lo que sucede en el país y en su ciudad, Sucre?
Sí.
¿Cómo ve al país desde donde se encuentra?
No es para sentir orgullo. Veo el riesgo de que nuestro país se haga pedazos. Veo un país muy polarizado. Todos los violentos están sueltos de cuerpo, aplaudidos. Se ha estigmatizado al otro, no hay posibilidad para pensar diferente, no hay espacio para estar en desacuerdo con los bloques antagónicos, muy poco le importa a los medios, posiciones distintas a la de las dos corrientes en disputa.
¿Cómo ve al gobierno de Evo Morales?
Es triste, para un dignatario, gobernar sólo para un sector, pues la otra parte le rechaza profundamente.
Este domingo, su departamento celebra la elección de su sucesor, ¿cómo ve a los candidatos?
Son candidatos como resultado de las confrontaciones. Representan a uno y otro polo en disputa. Me parece que tendrán un rol político, que es lo que la población apoya.
¿Tiene un favorito?
Sí...
¿Qué le dice a los chuquisaqueños en el día de las elecciones?
Ellos votaron el 2005, hace dos años y seis meses, por un liderazgo nuevo, que pretendió trabajar no en base a promesas sino en base a principios. Hoy eso quedó en el pasado, hoy la población, al parecer, prefiere un liderazgo más político. La fuerte influencia de instituciones y de medios son los factores para que mucha gente elija ese camino.
A propósito, ¿qué es lo que más extraña de su ciudad?
Mi familia.
Pues mándeles saludos.
Siempre lo hago, pero reitero mis consideraciones y mi cariño a ellos.
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