Revocando la democracia

En la historia política de Bolivia siempre quedará en la penumbra cuál fue el análisis que realizó la oposición para decidir llevar adelante el referéndum revocatorio con reglas que favorecen notoriamente al partido de Gobierno y lo que es peor, sabiendo, por un lado, que los fondos venezolanos que el MAS usará para sostener su campaña son prácticamente inagotables y, por otro, que el oficialismo no está dispuesto a jugar limpio en lo que se refiere a votaciones. Adicionalmente, las idas y venidas de los prefectos de la “media luna” sobre participar o no en dicho acto no hacen otra cosa que confundir a la ciudadanía, aspecto que es agravado con el tardío e infantil intento de la oposición para cambiar los porcentajes válidos para que la revocatoria tenga efecto tanto para el Presidente como para los prefectos, propuesta que obviamente fue rechazada por el MAS. Muchos analistas han llegado a la conclusión de que el Senado dominado por la oposición metió la pata en esto del referéndum; sin embargo, haciendo un poco de análisis y agregando mucho de ciencia ficción política, se puede llegar a algunas conclusiones respecto de lo que pasará después. Lo primero que se verá es que el presidente Evo Morales será ratificado, siendo esta ratificación un enorme éxito para el MAS si logra superar por un par de puntos el 53 por ciento con que ganó ampliamente las elecciones pasadas. Lo segundo que se confirmará es que el apoyo del MAS es mayoritariamente en el campo, no así en las ciudades, particularmente en las capitales de los departamentos de la “media luna ampliada”, lo que demostrará que en el tema político el país está profundamente dividido entre lo urbano y lo rural y que la nueva forma de Estado y de economía que el MAS quiere imponer tiene fuertes detractores, pero también fervorosos apoyos, siendo muy importante confirmar que las ciudades donde precisamente se concentra la economía de mercado, que tanto denigra el oficialismo, rechazan tajantemente el modelo comunitario de los teólogos indigenistas. Con respecto a los prefectos, está claro que el Gobierno logrará que se revoque el mandato de algunos de ellos y que su intención es alargar al máximo la convocatoria para elegir a las autoridades que sustituirían a los funcionarios revocados con el fin de controlar mejor los gobiernos regionales con miras a su meta más importante que es lograr, mediante otro referéndum, aprobar su proyecto de Constitución en lo posible este mismo año. En el mismo sentido, también quedará confirmado el enfrentamiento que hay entre La Paz y Santa Cruz en lo que se refiere a quién llevará el poder político y económico de Bolivia en el futuro, porque es muy fácil predecir que, así como el departamento donde el oficialismo tiene más apoyo es La Paz, también se confirmará que la región donde el MAS tiene más detractores es Santa Cruz. De este complejo escenario podría sobrevenir la peligrosa situación en la que el referéndum establece que una mitad del país quiere una cosa y la otra mitad desea otra, no siendo factible que los opositores al Gobierno estén dispuestos a acatar lo que se habría decidido en el referéndum debido a que probablemente los votos a favor para la continuidad del Gobierno masista provengan en su gran mayoría de personas que ni siquiera viven en las regiones que se oponen al MAS. Si todas estas suposiciones se cumplen, al empujar la oposición esta estupidez política y seudodemocrática que es el referéndum, ha acercado más aún al país a una enorme crisis que puede dañar definitivamente su gobernabilidad, ya que lo único que está siendo revocado en esta terrible lucha política es el sistema democrático. * Economista