Mientras Bolivia destina de manera compulsiva recursos económicos a procesos de confrontación política y múltiples jornadas electorales, la región y el mundo avanzan irremediablemente hacia el desarrollo, profundizando para ello procesos de descentralización de las funciones públicas hacia gobiernos subnacionales. En este caso, nos referimos a los gobiernos municipales autónomos, instancias públicas que han logrado resistir, aunque no sin muertos ni heridos en el camino, al desmoronamiento del Estado nacional.
La tendencia internacional a favor de la territorialización de las estrategias de desarrollo económico es cada vez mayor. Crece la demanda por que las políticas orientadas a la creación y mejora del aparato productivo, así como a la creación de empleo, estén enmarcadas en las condiciones y las características de territorios específicos, permitiendo además mejorar el control ciudadano sobre el uso de los recursos y el ejercicio de la función pública. La descentralización de los poderes del Estado, por tanto, constituye un paso significativo y decisivo en el proceso de democratización de las estructuras políticas, pues como resultado inmediato posibilita el acercamiento entre los ciudadanos y los gobernantes.
Queda claro que es ineludible trabajar en el potenciamiento de las competencias necesarias para que funcionarios locales e instituciones estén en condiciones de gestionar el desarrollo de la economía local como parte sustancial de una estrategia de desarrollo de la competitividad nacional, hoy inexistente por falta de visión de los actores políticos y económicos.
La globalización de las economías, aparejada a la descentralización, demanda nuevas actitudes y responsabilidades tanto a gobiernos como al sector privado. Entre éstas está una mayor descentralización política hacia los municipios que conlleva transferencia de la competencia de gasto y por supuesto una mayor desconcentración fiscal, lo que implica transferencia de ingresos fiscales (impuestos, patentes, etc.). Otro aspecto importante está referido al fortalecimiento institucional de los gobiernos locales, que debería traducirse en la capacitación de los funcionarios públicos, implementación de la carrera administrativa y mejora en la gestión de los servicios públicos, entre otras acciones.
Bolivia no debe perder esta inestimable oportunidad de encaminarse hacia el desarrollo económico y la mejora de la competitividad desde el territorio. Si esto ocurre, posibilitará la tan ansiada mejora de las condiciones sociales de la población, así como el desarrollo económico competitivo y sostenible con la participación activa de la micro, pequeña y mediana empresa que juegan un papel importante en la generación de rentas locales, posibilitando la creación de empleo y el fortalecimiento de los sistemas productivos.
Encaminemos pues los abundantes recursos que hoy recibe el país hacia la inversión productiva en lugar de seguir incrementando el gasto público, recurso fácil al que han echado mano tanto el Gobierno central como las prefecturas en el afán de capitalizar simpatías de orden político y electoral.
*José Luis Bedregal V.es especialista en gestión pública.
Este blog ha sido creado para que los paceños nos quitemos el estigma de que somos masistas. LA PAZ NO APOYA AL MAS, La Paz no apoya los afanes totalitarios del gobierno de Evo Morales. Bienvenidos los nuevos lectores: LA PAGINA SE ACTUALIZA DIARIAMENTE
martes, 15 de julio de 2008
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