Editorial El Mundo: El pan de cada día

Sucede que los analistas políticos y la oposición están preocupados por las armas que compra Chávez de los Rusos, que la directiva emanada por la Comunidad Europea le hace daño a la América y si el "referéndum revocatorio" es constitucional o no, pero nadie se detiene en su casa a ver lo que pasa o preguntarle a su mujer como hizo para comprar gas (GLP) o de donde sacó ese pan que no tiene tamaño, sabor, cara ni condiciones para postularse como alimento, ni se imaginan qué usted señora para ir al mercado debe enfrentarse a la criminal política de los precios en los mercados con la impunidad de los comerciantes que juegan con la comida que le llevan las madres a sus hijos y familia. Hoy amanecí y me encontré en la mesa con un pan que parecía afrecho con basura, como mostré mi malestar mi mujer mandó a comprar un pan especial (antes de batalla) cuando de escondida le di a mi fiel perro el pan de afrecho este se negó a comerlo, en ese momento me di cuenta que mi acto fue de soberbia porque se lo puedo dar pero me puse a pensar en el niño que junto a sus hermanos toca la reja cada día para ver si existe un pan para llevarse a la boca, seguro que no lo disfrutará pero se lo comerá, como se lo tienen que comer los hijos de los que tiene que aceptar comprar con el dolor del alma un pan que no merece llamarse tal ya que es una forma descarada de humillar a los pobres. Todos sabemos que fuera del tercer y cuarto anillo la garrafa de gas donde una la compra cada semana cuesta hoy por 35 bolivianos y en los barrios residenciales y otros llegan a costar Bs. 50, usted hoy no encuentra en ningún lado una garrafa de Bs. 25, que discurso tendrá que decir y la cara que pondrá la mujer a su marido que los Bs. 200 que le da para la semana no alcanza ya, que en dos años los precios se multiplicaron, debe ser la misma cara que pone el marido cuando recoge el mismo salario de hace dos años, la solución es la catástrofe, los hijos de esta pareja deben comer la mitad de lo que comían hace dos años o comer un poco más de la mitad pero mezclado con basura como el pan de hoy (que le pido perdón a Dios por mi cara de esta mañana) pero hasta Dios se molestaría de ver como un inescrupuloso panadero y un sinvergüenza comerciante le vende afrecho como pan, pero este tema no les importa a los políticos, ellos están para: "cosas importantes". Que dirá esa mujer que no tiene como darle el pan a sus hijos, menos de prepararle un locro a su marido cuando ven los discursos de Evo y su triste lamento sobre: "al indio que quieren tumbar", pues la gente está al borde de la desesperación porque ni la nacionalización, ni la autonomía y menos los referéndum le ponen comida en su mesa, la gente busca cosas sencillas trabajo, seguridad, paz, y comida, pero parece que en el gobierno de los ególatras y soberbios salvavidas esta es una misión imposible, ellos están en esas cosas en las que el pan no cuenta, ellos están en la lucha contra el imperialismo y derrocar al gobierno de los EE.UU. Hoy el pan desapareció de las pulperías de barrios, hoy con dificultad se lo encuentra en los supermercados, allá donde no se pregunta el precio y de seguir esta política el pan lo encofraremos en tiendas especiales como son las joyerías hoy como una especie de lujo al que el ser pobre te prohíbe llegar y menos consumirlo, mientras tanto póngase a pensar como hace su madre, su mejer para ponérselo en la mesa.
Fuente:
http://www.elmundo.com.bo/Editorialnew.asp?edicion=27/06/2008