Guillermo Moscoso Bermudez: Colonia social-comunista

Todavía con el corazón desgarrado por la perdida de un ser querido, escribo estas líneas preocupado por la forma como nuestro Presidente, convierte el país en una colonia social-comunista al desconocer la Constitución Política del Estado y conculcar las leyes.
Los bolivianos no podemos estar tranquilos ante una arbitrariedad presidencial, ya que, como nunca, el señor Evo Morales, desde su alto cargo, cada día hace imposible la vida del ciudadano común, utilizando como arma letal la intolerancia, la violencia hasta la muerte.
Bolivia gracias a su acción belicosa, se muestra ante el contexto mundial con una nación sin Ley, privada de libertad y sometida a una tiranía de un hombre que pretende quedarse en la Presidencia para cumplir su anhelo de ver a 10 millones de personas arrepentidas de rodillas a sus pies.Para ese objetivo, Su Excelencia, genera contiendas entre unas y otras clases, con el claro propósito de instaurar un régimen que pospone los derechos individuales.Conforme pasan los días, el Primer Mandatario, se cree seguro de convertir a Bolivia en una región desde donde se irradie la doctrina comunista.Para lograr ese fin, ya tiene listo el segundo capítulo del escandaloso fraude del referéndum revocatorio del 10 de Agosto, con la realización de otro similar proceso para legitimar una Constitución Política del Estado, cuyo texto de ser aplicado, significará herir de muerte a nuestra democracia, por que don Evo Morales Ayma, encabezará un Gobierno que se ejerce fuera de las leyes constitutivas de un país.Desde ese punto de vista, la población boliviana ha perdido toda confiabilidad en las Fuerzas Armadas y Policía Nacional, cuyos mandos superiores cumplen los dictados del Presidente en sentido de matar y reprimir a toda movilización que clame respeto a la dignidad humana.Tanto el sector castrense como policial, al presente se han convertido en una más de las organizaciones sociales que respaldan al presidente, sirviéndoles de protectores, para, en forma conjunta, arremeter contra el pueblo indefenso.Minuto a minuto, los derechos humanos son pisoteados por este Gobierno, y de ello lo saben muy bien el viceministro Sacha Llorenti y el Defensor del Pueblo, Waldo Albarracín; el primero, comanda todas las acciones de los movimientos sociales afines al MAS.El segundo, sólo se dedica a brindar tibias declaraciones a fin de distraer a la opinión publica, cumpliendo instrucciones del Gobierno, con objeto de amainar el cada vez, creciente descontento popular por la incoherente administración del Estado.Ambos personajes son parte del andamiaje Masista, teniendo como tarea hacer creer que están contra todo atropello gubernamental, para después, detrás de bambalinas, seguir incentivando procesos agresivos destinados a cerrar todo vestigio de reconducción democrática.Complementa la trilogía Walter Delgadillo, actual ministro de Trabajo, quien, al olvidarse su origen fabril, se convirtió en el Judas de la clase trabajadora, poniéndose al servicio de un Gobierno anti-obrero y antinacional permitiendo, inclusive, que mineros y de otros gremios laborales, sean reprimidos para no dar lugar a sus justas demandas.Si estuviera vivo don Juan Lechín Oquendo, seguro estoy, le hubiera dado un tremendo jalón de orejas a quien fue el “chico de sus mandados” por prestarse al juego totalitario de Evo Morales.Por otra parte, necesario es señalar que el Presidente de la República, para cumplir su plan de convertir a Bolivia en una colonia social-comunista, instruyó a sus acólitos atropellar a periodistas y medios de comunicación, labor que al parecer no descansará nunca, hasta ver a la prensa nacional con un bozal en la boca.En este capitulo, se tiene previsto incentivar una campaña sucia contra el Cuarto Poder del Estado a nivel internacional, sin perjuicio de que los hombres de prensa alineados en el MAS, tomen las riendas sindicales, para desde allí, continuar irradiando su política de sometimiento y barbarie.Gracias a Dios, aquí en Oruro, no pudo lograr su propósito, porque los periodistas frenamos en seco la maniobra masista de tomar el control del Sindicato de Trabajadores de la Prensa, con también de la Asociación de Periodistas.Don Evo Morales declaró guerra abierta al periodismo boliviano, sabiendo que es un escollo insalvable para instaurar una República Socialista, razón fundamental para que los periodistas que defendemos la dignidad de Bolivia, continuemos al frente denunciando con la valentía que nos caracteriza, los hechos de corrupción y los “Regalos” que hace llegar con dádivas el presidente Morales por encargo de su homólogo protector venezolano donde bien, la sabiduría popular, repite
Chávez manda, Evo Cumple.