Expertos opinan que guerra sucia y estrés electoral daña la democracia

Tres expertos en publicidad y propaganda opinan que la campaña política generada por el Referéndum Revocatorio de Mandato Popular genera guerra sucia, “estrés electoral” y daña la democracia.En el octavo mes de 2008 el panorama político esta enrarecido por la falta de decisiones políticas en temas como la autonomía, la nueva Constitución Política, los referéndums autonómicos, hasta llegar el Referéndum Revocatorio de Mandato Popular de Presidente, Vicepresidente y Prefectos, que derivaron en serios cuestionamientos jurídico constitucionales.La campaña de Evo Morales comenzó antes de asumir la presidencia -el 22 de enero de 2006-, el escritor y político peruano, Mario Vargas Llosa, señala que la gira por Europa del presidente electo de Bolivia, fue un gran éxito mediático.“Su atuendo y apariencia, -agrega- parecían programados por un genial asesor de imagen, no altiplánico sino neoyorquino, han hecho las delicias de la prensa y elevado el entusiasmo de la izquierda boba a extremos orgásmicos”.En plena campaña política de Referéndum Revocatorio de Mandato Popular, un estudio de la empresa Publimarket reveló que en 10 días el Gobierno y las bases del Movimiento Al Socialismo (MAS) gastaron 725.580 dólares en la campaña televisiva a favor del presidente Evo Morales.ESTRES ELECTORALEl director creativo de la agencia de publicidad Oxigena, Pablo López, la gerente de Trigo Consultores Comunicación & Marketing, Susana Trigo y el director creativo de PA Publicistas Asociados, Germán Oropeza, en una entrevista con la ANF, remarcan que la propaganda política de la oposición y del oficialismo esta manchado por la guerra sucia y crean “estrés electoral” que causa un daño la democracia,Aunque no precisan cifras aseguran que las campañas de televisión se realizan inversiones millonarias, por el ser el medio más efectivo que abarata los costos y permite llegar a una mayor cantidad de ciudadanos.MENSAJELos mensajes que son difundidos -según los profesionales- llegan a los electores, pero baja la característica de ser amarillistas, confusos con carga “confrontacional” ideológica y política.Llaman la atención a la oposición y el oficialismo a dejar de “manchar la imagen del Presidente”, porque a nivel internacional nos representa a todos los bolivianos“No podemos decir que es una competencia sana y limpia, estamos viendo que todo a sido manchado por la guerra sucia, entre los dos bandos. Se han definido los dos equipos que están compitiendo”, opina López“Quieras o no -aclara- a la gente le llega un mensaje fuerte amarillista, llega más que un mensaje simple, como el Pepelucho (el prefecto del Departamento de La Paz, José Luis Paredes), más que guerra sucia está tratando de informar sobre lo que él ha hecho, a la gente no le llega tanto eso, mas le llega el concepto amarillista”.“Por ejemplo -añade- en un spot, creo fue cancelado, donde el presidente Evo Morales se va transformando en Hugo Chávez, ese mensaje si llega; y por el contrario y por el MAS hay uno que van mostrando fotos de todos los prefectos Tuto Quiroga, donde nos dice que ellos son los representantes del imperialismo”.El director creativo de PA Publicistas Asociados, Germán Oropeza, sostiene que es complicado el tema del manejo de la imagen del Presidente. “Lamentablemente la oposición no piensa que la imagen que da el Presidente representa a todos los bolivianos”.“No creo que sea el camino que se debería haber tomado -comenta-. Yo no soy masista, pero creo que el Presidente a hecho muchas cosas, por el sector más olvidado que son los pobres”. Sin embargo critica la excesiva conexión que tiene con Morales con su colega venezolano “Hugo Chávez que no es nada bueno y él también arruina su imagen”.Para la gerente de Trigo Consultores Comunicación & Marketing, Susana Trigo, la propaganda lo mismo que la publicidad tiene que estar basada en promesas reales y verificables, eso es lo más importante para no perder credibilidad ante el público. “La propaganda política debe respetar al contrincante, no debe ofender de ninguna manera al otro y no entrar en una guerra sucia”, remarca. Incluso -añade- “llega haber una confusión muy grande al final.