Al final de cada año, algunos medios de comunicación suelen elegir al ‘personaje del año’. Pues bien, habrá que ir iniciando desde ya una campaña para conseguir apoyo en la elección del personaje 2008, el cual, a mi modo de ver, está representado por ‘los insultos y las mentiras’. Y es que con la aparición, reaparición y multiplicación de las campañas, con un año plagado de referéndums, lo que más se ha reiterado y aquello que la población ha recibido con más frecuencia por nuestros medios y en discursos y declaraciones han sido mentiras –para automagnificarse y autoproclamarse– e insultos –para desprestigiar al otro. El problema es que de tanto acostumbrarnos a absorber esos mensajes, se está formando una nueva generación de jóvenes cuyos valores se centrarán en la violencia (golpes, patadas e incluso armas) y en la mentira. Y así como una grieta o una mancha en la pared la pueden arreglar un albañil o un pintor, el uso y abuso de mentiras, sumadas a la violencia, no se limpia ni se borra tan fácilmente.
¿Su profesión? Bloqueador… ¿Su oficio? Golpeador… ¿Su hobby? La mentira…
¿Para qué servirá el colegio o la universidad si la verdadera escuela, la de la vida, les enseña otra cosa a nuestros jóvenes? ¿De qué ha de servir que los futuros comunicadores estudien la función de los primeros planos en la televisión, o un picado y contrapicado en el cine, si lo que se está aprehendiendo cada día en la televisión es una violencia que desafía al más rudo nivel de dureza de esos thrillers que Hollywood nos envía continuamente? ¿Cómo vamos a imaginarnos que con semejantes ‘noticias’ difundidas por todos los canales de televisión –sin tan siquiera tomarse el trabajo de editarlas para suprimir escenas crudas que lastiman la sensibilidad del televidente– no se estimule en nosotros una desconfianza hacia el otro? Habrá que reconocer que el dicho evangélico de ‘si te golpean tu mejilla, ofrece la otra’ quedó para que un grupo de beatas rece en la iglesia mientras que sus nietos o hijos tal vez busquen más mejillas ajenas para golpear.¿Adónde estamos yendo? ¿Qué sociedad preparamos para el futuro? Y no se diga que los masistas incitan o que los unionistas patean. Lo que hace falta es que, por encima de masistas y de unionistas, haya humanistas; es decir que la persona sea colocada en el centro de esta locura y que todos nos reconozcamos como seres humanos dignos del mayor de los respetos y del aprecio. Hace falta una ética en nuestros medios que sea capaz de transmitir que el ‘otro’ no es mi rival, mi enemigo, al que hay que aniquilar para poder vivir tranquilos, sino que el ‘yo’ se realiza en el encuentro con el ‘otro’, con el que es diferente. Es en el encuentro de esas diferencias donde se realiza la interculturalidad –palabra que a veces dejamos de lado como si sólo sirviera para el estudio académico–, que ha de posibilitar el enriquecimiento de una sociedad por la diversidad de sus culturas. Cuando conocemos ya el resultado de este nuevo referéndum –ojalá el último por este año–, que le otorgó al presidente Morales un amplio triunfo, sería deseable que elimináramos la mentira y la violencia en nuestras relaciones y que el Presidente y los prefectos –así como todos en el país– nos encontráramos en ese diálogo sincero y profundo, al que tanto nos está costando llegar, para buscar el bien de quienes vivimos en esta hermosa nación pluricultural. ¿Qué tal si al llegar al mes de diciembre nuestro personaje del año fuese el ‘encuentro entre diferentes’? En ese caso, nuestros jóvenes sí aprenderían de la escuela de la vida cómo se construye una nueva sociedad…
* Docente de la Uagrm, joseros@cotas.com.bo
Este blog ha sido creado para que los paceños nos quitemos el estigma de que somos masistas. LA PAZ NO APOYA AL MAS, La Paz no apoya los afanes totalitarios del gobierno de Evo Morales. Bienvenidos los nuevos lectores: LA PAGINA SE ACTUALIZA DIARIAMENTE