Ama llunku

En mis tiempos solíamos añadir, a la trilogía supuestamente incaica de “ama suwa, ama llulla, ama qhella”, la norma de “ama llunk´u”. Incluso en algunas oficinas públicas, por aquellas épocas, se pegaron letreros con los cuatro mandatos, a ver si la gente finalmente se acordaba que era bueno “no ser ladrón, ni mentiroso, ni flojo… y tampoco adulón”. Nada resulta más triste y molesto que ver a un llunk´u, corriendo detrás del jefecito, ofreciéndole un café, limpiando sus solapas. ¡Terrible! El letrerito nunca sirvió de mucho porque los comportamientos no dependen de letreritos. Pero vale la pena seguir insistiendo en esas normas, sea que se las diga en quechua o que se las recuerde en castellano. Se me ocurrieron estas reflexiones al leer dos noticias contrastantes, tristes cuando se las lee por separado, trágicas cuando se hace la conexión entre ellas. Por un lado está la información de que la venezolana PDVSA acaba de firmar un compromiso de venta de gas al Brasil, que incluye inversiones conjuntas de Petrobras y PDVSA para abastecer el gigantesco mercado brasileño. Un mercado que hasta hace poco nomás era prácticamente boliviano, y al cual podíamos acceder con gran ventaja. Ahora está claro que el Brasil ya no confía en la provisión de gas boliviano y recurre a Venezuela, que abre las puertas a la Petrobras que genios del Gobierno han tratado tan mal… ¿qué tal? Ya no me cabe la menor duda de que la ayuda venezolana al ascenso de Evo, a la “nacionalización”, a la radicalización constituyente que la llevó al fracaso y hasta al alquiler de vagonetas para uso de los íntimos de la casa de gobierno ha contribuido de manera directa a este resultado. Venezuela nos ayuda a comportarnos como idiotas, muchas gracias. Y resulta que casi el mismo día en que me entero de esta triste novedad, leo en las páginas de periódicos digitales de la Argentina que el presidente de Bolivia, Evo Morales, felicita a Hugo Chávez y pondera a las FARC por la liberación de Ingrid Betancourt y 14 personas más. ¿Hasta dónde y hasta cuándo, Señor Presidente? Es seguro que don Evo estaba desprevenido y sin información cuando le pusieron el micrófono. Se entiende, nadie está nunca bien informado de todo. Pero transgrede todo límite suponer de inmediato que la liberación de Betancourt era obra del jefazo caribeño y felicitarlo por lo que no hizo. Sobre todo si el tal jefazo acaba de empujar a nuestro gas fuera del Brasil. Fue así que me acordé del cuarto mandamiento incaico, deseando de todo corazón que alguien se lo traduzca al Presidente. carmela0102@email.com
Fuente:
http://www.lostiempos.com/noticias/06-07-08/06_07_08_pv2.php