Hoy ¿quién tendría el cinismo de decirnos que somos un Estado institucionalmente fuerte? (se me ocurren nombres de algunos cínicos, pero evidentemente debemos ignorarlos). En los últimos dos años, Bolivia ha profundizado su debilidad institucional llegando a poseer una fuerza casi nula. Lo que ha ido in crescendo es el alcance del Estado, y lo que nos propone el Vice es continuar incrementándolo irracionalmente. Cambiar la opción 1 por la 4 será catastrófico para nuestra economía, puesto que quienes disfrutarán de la happy hour serán los políticos y burócratas del gobierno, que (siguiendo las instrucciones del Presidente) podrán ignorar la ley y manejar los recursos y empresas del Estado indiscriminadamente, situándonos, como siempre, en el conjunto de países fracasados del globo. Bolivia ¿cambia? Evo cumple… ¿ese es el gran cambio? ¿De país fracasado opción 1 a país fracasado opción 4?… ¡lástima!
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