El matutino de mayor circulación en España, El País, ha designado al cardenal boliviano Julio Terrazas como uno de los 100 “protagonistas del 2008”. ¡Qué reconocimiento tan merecido! Todos conocemos la trayectoria evangélica y cívica del purpurado. Sus homilías dominicales derraman celo apostólico al mismo tiempo que compromiso con Bolivia, sensatez política y afán de concordia. Sólo que estas cualidades no complacen a ciertos altos funcionarios extremadamente irritables. Y es una pena porque, si el Sr. Presidente y sus colaboradores hubiesen escuchado a tiempo los consejos pacificadores del Cardenal, se hubieran evitado muchos tropiezos.
Pues bien; la distinción tributada por el periódico español llegó justo cuando Mons. Terrazas advertía al país entero, aunque el destinatario principal del mensaje era el Gobierno, sobre los avances del narcotráfico en Bolivia. Más hectáreas de coca en zonas interdictas, más fábricas de droga esparcidas por campos y ciudades, más consumo interno y más exportación. Y, lo más grave, mayor violencia de los narcotraficantes. El viernes, una emboscada de narcotraficantes costó la vida a un policía y dejó heridos a otros siete, entre ellos el teniente que mandaba la patrulla. El hecho tuvo lugar en San Germán, trópico cochabambino, cuando un destacamento de Umopar procedía al allanamiento de una fábrica de cristalización de droga. Y todavía algunos viceministros tienen la desvergüenza de acusar al Cardenal de “hacer política”. ¿De qué política hablan? ¿De la utilización de la mentira y la denuncia falsa como instrumento de gobierno, del empleo de los ataques a la prensa independiente con el fin de ocultar los grandes latrocinios a las arcas del Estado?
En vista de lo que ocurre, el Cardenal exhortó a todos a esforzarse “para que Bolivia no sea el centro donde se acumula la droga y, con la droga, el crimen y la maldad”. Así las cosas, hasta hace poco hablábamos de la “colombianización” de Bolivia, entendiendo por tal el connubio del narcotráfico con la guerrilla de las FARC, hecho que podría llegar a Bolivia en la medida que se extienden los cultivos de la “hoja sagrada”. Hoy podríamos hablar también de la “mexicanización”, a la vista de la terrible ola de asesinatos por el pérfido negocio de la droga. ¡Y el Gobierno boliviano todavía se precia de haber decidido la machada de expulsar a la agencia norteamericana antidroga!
Hechas estas necesarias precisiones, no quisiera limitar el “protagonismo” del Cardenal a su última advertencia sobre la amenaza real del narcotráfico. Más allá de esta señal de alarma, la constante acción del Arzobispo cruceño ha sido predicar la concordia entre los bolivianos y ofrecer sus buenos oficios para lograrla. Pero el Gobierno le ha desairado y, peor aún, el propio Presidente, así como algunos de sus íntimos colaboradores, siguen comportándose groseramente con el prelado. Pues bien, si hubiese que analizar las causas de esta inquina del Gobierno para con la Iglesia Católica, podría deducirse que es una reacción a la imposibilidad de someterla al imperio de los gobernantes, tal como ha ocurrido con la obsecuencia política de las FFAA o el sometimiento partidista del Poder Judicial. ¿A dónde estamos llegando?
*José Gramuntes sacerdote jesuita y director de ANF.
http://www.la-razon.com/versiones/20081203_006475/nota_246_722953.htm
Este blog ha sido creado para que los paceños nos quitemos el estigma de que somos masistas. LA PAZ NO APOYA AL MAS, La Paz no apoya los afanes totalitarios del gobierno de Evo Morales. Bienvenidos los nuevos lectores: LA PAGINA SE ACTUALIZA DIARIAMENTE