A casi dos meses del referéndum para aprobar o rechazar la nueva Constitución Política del Estado (CPE), que nos regirá y dará la tónica de cómo será nuestro nuevo país y sus leyes, las campañas por el Sí y el No empiezan a actuar sobre nosotros.Una campaña –la más fuerte– nos induce a votar por el Sí. Se nos dice que la nueva CPE es el súmmum de la sabiduría política actual, mediante la cual Bolivia será el dechado de la igualdad, del progreso y del bienestar para todos.La campaña por el No, aunque de capa caída por el momento, seguramente se articulará e invitará a rechazar esta CPE, hecha forzadamente, según recetas venidas de arriba y no consensuadas por todos los constituyentes. Fue elaborada entre los muertos y heridos de Sucre hace exactamente un año, luego se fue a Oruro y, finalmente, fue terminada en el Congreso.Pero además de esas dos campañas claras aparece para el ojo avizor otra difuminada, que se inclina por el No, y que es dada por los hechos y las palabras del propio Gobierno. Esta campaña surge del análisis, primero, y del juicio, después, que se puede hacer de los actos de la gestión gubernamental en las condiciones constitucionales actuales, a fin de que basados en ellos prever cómo será esa gestión en el futuro con una nueva CPE hecha precisamente a la medida del Gobierno. Por ejemplo, analizar y juzgar el último linchamiento masivo acaecido en Achacachi con visos de ‘justicia comunitaria’. Este hecho, ¿no estará dando ya un indicio de cómo será la nueva administración de justicia en nuestro país, siendo lo acontecido de alguna manera fruto de las prédicas gubernamentales que soliviantan a la chusma? ¿No están precisamente en Achacachi los ponchos rojos, aleccionados por un discurso vicepresidencial de tipo fascista para levantar el fusil e imponerse a otros? Y surge la pregunta clave, ¿no será entonces que con la nueva CPE se ‘constitucionalizarán’ hechos como los de Achacachi y las nuevas leyes permitirán eso como una ‘conquista social’ ahora todavía solapada?Otro ejemplo. Las políticas económicas del país y el manejo económico de éste deben derivar de lo que al respecto dice la CPE y las leyes que en ese sentido se emitan. ¿Serán esas políticas y leyes, ya emanadas con toda fuerza de la nueva CPE, las mismas que el Gobierno está aplicando ahora? Por tanto, ¿esas políticas económicas que con tan poco tino y acierto se están implementando, se profundizarán con la nueva CPE en la mano? ¿Qué efecto tendrá para el país y para los bolivianos la ejecución ya constitucionalizada de las actuales políticas y medidas económicas del Gobierno? Pregúntese y respóndase cada uno, y vote en consecuencia.Otro ejemplo. El actual desprecio gubernamental por las leyes y la acomodación de éstas a sus propósitos, ¿serán corregidos por la nueva CPE o más bien ella constitucionalizará eso? Parece así que éstos y otros muchos hechos gubernamentales, y la extrapolación de ellos respecto al futuro, pueden ser calificados como una campaña gubernamental para votar por el No, por supuesto que sólo para los que piensan.
* Ciudadano, CI 1022046 Sucre
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