Una de las condicionantes esenciales de la democracia es el respeto a las minorías, porque de lo contrario se daría campo libre a las arbitrariedades hegemónicas que pretendan ejercer las mayorías a título de haber obtenido más votos en los procesos electorales. En casos como éstos, las minorías asumen la función de defensoras de la libertad y de fiscalizadoras de la institucionalidad de los países.
De esta forma, las minorías son una parte sustentadora de la libertad, del ejercicio del disenso, de la crítica, de la opinión y del respeto a la información pública; en suma, de la libertad de expresión. Los constitucionalistas consideran que estos bienes públicos tienen que ser preservados, necesariamente. Entonces, a partir de la aplicación de los valores del pluralismo, la tolerancia y el resguardo de las minorías se puede sostener que el gobierno de las mayorías es efectivamente democrático.
La oportunidad de incidir en esta temática deviene de una serie de declaraciones efectuadas por autoridades del Gobierno boliviano. A propósito del proceso de diálogo que se inició en Cochabamba, algunos políticos del MAS han dado muestras de estar perdiendo la paciencia con la oposición, que se niega a firmar acuerdos sin consensos previos.
Cuando el Gobierno se refiere en forma desdeñosa a las minorías, por ejemplo señalando que éstas no pueden llevar adelante un proyecto nacional hasta “que ganen las elecciones como nosotros hemos ganado”, al parecer toma como referencia los resultados del último referéndum, en el que el Sí logró el 67% de los votos.
Es lógico suponer que una buena parte de ese porcentaje de ciudadanos respalda el proyecto gubernamental del MAS, pero no todo. El 10 de agosto, la población fue convocada para ratificar o revocar el mandato del Presidente, del Vicepresidente y de los prefectos, no para pronunciarse en las urnas sobre las políticas de Evo Morales.
La única referencia exacta que se tiene al respecto son los resultados de los comicios generales de diciembre del 2005, cuando el presidente Morales logró el 54 por ciento de los votos, es decir que las minorías constituyen el 46 por ciento restante.
Así, tanto las mayorías como las minorías ocupan sus respectivos espacios en la política nacional. Las minorías, a pesar de no detentar el poder, tienen derechos y obligaciones, entre otros, preservar los valores democráticos del país. Aunque fueran marginales, en toda sociedad merecen respeto.
En el pasado, las coaliciones que se formaban para posibilitar la gobernabilidad del partido de turno funcionaban en el mismo sentido que se está viendo en la actualidad. En el sentido de la exclusión de las minorías, consecuentemente, la era “neoliberal” no se diferencia de la etapa de cambio que busca impulsar el MAS.
No le hace nada bien al Gobierno despreciar a la oposición calificándola de minorías o fuerzas locales. En contrapartida, debería trabajar con ella para honrar su promesa de llevar adelante una gestión dando preponderancia a la inclusión, luego de que importantes sectores de la sociedad boliviana quedaran excluidos de las políticas públicas durante décadas.
El esperado éxito del diálogo depende de la racionalidad y la honestidad de las partes, del respeto mutuo hacia sus respectivas condiciones de mayorías y minorías.
Este blog ha sido creado para que los paceños nos quitemos el estigma de que somos masistas. LA PAZ NO APOYA AL MAS, La Paz no apoya los afanes totalitarios del gobierno de Evo Morales. Bienvenidos los nuevos lectores: LA PAGINA SE ACTUALIZA DIARIAMENTE