Editorial El Mundo: Asesinos de uniforme

Siempre fui enemigo de la muerte violenta y la humillación, no acepto de ninguna forma el crimen, el asesinato, e incluso se puede evitar el homicidio y la muerte por reacción violenta, reniego de la violencia intrafamiliar, los golpes a los niños o cualquier forma de violencia, indudablemente mi vinculación con el periodismo se inicia en el primer año de derecho con un trabajo practico en la "granja de espejos" donde descubrí un cementerio de los internos, todos asesinados por la policía (que mi trabajo se lo hubiera apoderado Colanzi es otra historia) así es que por tal razón me especialicé en la denuncia a la violencia y el Crimen escudado en el uniforme, por la razón que es impune, ventajosa y goza de la protección estatal e institucional. Me asusta de verdad cuando observo la creación de grupos de elite, de esos que en febrero del 2003 disparaban desde el edificio en el Banco Central de La Paz que cobró 37 victimas, hoy el país observa asustado que este gobierno de tinte social tenga su F-10 para hacerle el trabajo sucio al gobierno, lo de Yacuiba es solo un botón de muestra, los crímenes de Huanuni, de Cristian en Cochabamba, lo sucedido en la "Calancha" de Sucre y la violencia escondida en los referéndums autonómicos nos da una explicación: que existen creadas e institucionalizadas brigadas para el crimen. Desde el asesinato del estudiante Pinto el 2003 hasta los cinco ejecutados en las cercanías de Paurito son más de 61 personas muertas lo que nos da una cifra de cerca de un ejecutado por mes, en la época del Coronel Ramiro Vega se ejecutó a 19 personas; hoy alguien con la mente criminal ha creado el grupo Delta, unos monitos verdes con una mascar elástica en el rostro -una especie de pasamontañas moderno-, primero asesinaron a un delincuente de poco renombre que asaltó a una persona en una farmacia, éste se encontraba desarmado, la ciudadanía aplaudió el hecho, parecía que la policía daba una advertencia a los delincuentes, hoy a la cabeza del jefe de la FELCC el Coronel Edgar Andrade quien coordina y justifica la total irrespetuosidad a la vida, el asesinato de ciudadanos, en la ejecución de los últimos cinco por el grupo delta existe muchos vacíos que nos ponen interrogantes sobre si esta muertes no fueron por encargo de un narcotraficante Colombiano, no nos olvidemos que los malos son amigos de la policía y trabajan para ellos; el caso de los 8 millones de dólares el Coronel Solíz jefe de inteligencia le hizo el encargo de torturar a sus policía y recuperar la plata, hoy sucedió algo `parecido cuando el colombiano no está detenido, no existe indicios de su paradero, y existen cinco familias que reclaman la verdad, aquí vale rescatar la figura del Coronel Oblea que a pesar de ser el Comandante se enteró del caso cinco horas después y nos cierra la puerta a una investigación para definir que sucedió. Bertolt Brecht mejor que nadie en su poema "ahora me llevan a mi" nos explica que no podemos justificar de ninguna forma la violencia contra los demás por que más temprano que tarde esa se podrá dar con nosotros mismos, por lo tanto la policía debe hacer una reflexión profunda por que si hoy cobijan y alimentan a los asesinos de los "delincuentes" ellos mismos mañana podrán asesinar por encargo a inocentes y a propios policías que se les crucen en el camino. Los ciudadanos nos sentimos asustados, expuestos a que un hijo de puta asesino uniformado atente contra nosotros, el ministerio publico brilla por su ausencia ya que existieron fiscales que llegaron una hora y media después de la ejecución y la justificaron, hoy por lo tanto con esos policías en la calle dormiremos con temor y el temor no es cobardía es síntoma de que se está vivo.
Fuente:
http://www.elmundo.com.bo/Editorialnew.asp?edicion=05/07/2008