Editorial La Patria: El poder cuestionado

Hay que convenir en que ciertos análisis sobre la situación del país no estaban lejos de la realidad cuando en muchos medios de comunicación se coincidió en que el resultado del referéndum revocatorio, a más de asegurar el mandato de los principales gobernantes, ratificaría a ciertos prefectos y liquidaría a los menos pero provocaría mayores controversias en el orden político nacional.Las previsiones sobre la polarización del país están más ajustadas a esas actitudes reales que nos muestran con claridad una mayor división de la que siempre se habló y a la que no se quería dar crédito, pensando en que antes de profundizar la situación se eliminarían las asperezas mediante un diálogo abierto y un amistoso debate sobre las controversias vigentes.El acercamiento entre partes y condicionado desde ambos bandos no permite hasta el presente que prospere ese diálogo que ahora más que nunca se hace urgente antes que “se reviente la pita” jaloneada desde los dos sectores sólo por sostener condiciones de extrema politización partidaria o caprichosas posturas demostrativas de un poder que no es tal, ni en el gobierno tampoco en la oposición.La ofuscación del poder hace que los protagonistas políticos hagan “una mala lectura” de la realidad, reaccionando con acusaciones ofensivas y denigrantes lastimando la dignidad de personas e instituciones y provocando la reacción lógica de los afectados que a su vez, estimulan el rechazo violento abriendo las puertas a una verdadera confrontación entre hermanos bolivianos.Estamos frente a una de las etapas más críticas y delicadas por las que el país haya pasado en el último tiempo pero de características particulares que no son observadas en su justa dimensión por quienes son responsables de dar al país las suficientes garantías y seguridades para que su población viva sin el peligro constante de enfrentamientos o la singularidad de medidas de presión que igualmente afectan sus derechos y libertades.No se puede seguir admitiendo diatribas como excusas para justificar enconos demostrando de tal modo una clara incapacidad para resolver los problemas del país que merece un tratamiento especial, aplicando soluciones concertadas y extremando todos los recursos posibles para hacer viable el diálogo que con más razón en las condiciones actuales se impone como una salida urgente ante la gravedad de los hechos que están por destrozar la unidad nacional.Lo importante es que no se confunda el principio de autoridad con autoritarismo pero tampoco la libertad con libertinaje, deben anularse asimismo las presiones de los mal llamados “movimientos sociales” por uno lado y por el otro de los “grupos unionistas” que enfrentados generan violencia y ponen al país en vilo.La aprobación del documento de reformas a la Carta Magna debe significar un motivo para unificar criterios entre los representantes de las fuerzas populares, asambleístas de mayoría y minorías que tienen aún la responsabilidad de culminar el trabajo encomendado pero concertando, respetando y aprobando la nueva Constitución que servirá para el reencuentro de los bolivianos