Germán Gutiérrez Gantier*
Después de los sucesos del 24 de mayo en Sucre, ocasionados por el anuncio presidencial de asistir a actos no oficiales y paralelos del Primer Grito Libertario, lo que provocó una violenta represión por efectivos militares contra grupos de ciudadanos seguida por confrontaciones alentadas por la ministra —nada menos— de Justicia Torrico, el viceministro Sacha Llorenti y el delegado presidencial Lambertín, de sectores del partido de gobierno con ciudadanos chuquisaqueños, se ha desatado una campaña mediática feroz en contra de Sucre y Chuquisaca. Ésta incluyó aseveraciones que sólo hacen al interés parcial de la lucha política gubernamental emprendida desde el 6 de agosto, oportunidad en la que el presidente Morales amenazó con vengarse de la Capital de la República.
Y su palabra empeñada, hasta ahora, la ha cumplido prolijamente.
Para este efecto, el presidente Morales ha utilizado la estrategia de la confusión, presentando los hechos de una manera muy particular pues los tergiversa, los interpreta arbitrariamente, los polariza sin necesidad, en fin, no busca la solución al conflicto, por el contrario, aspira a encontrar el conflicto a la solución, porque son parte de su forma de ser y ver la política.
Tanto él como su partido no conciben la lucha política sin violencia. La democracia es apenas un medio utilitario para el logro de algunos de sus fines; empero, como la misma es insuficiente porque los limita con reglas molestas, las vulneran toda vez que pueden y quieren, en la medida en que en los fundamentos democráticos no encuentran la justificación de su actitud de revancha, división y articulación de un régimen autoritario.
No dudan un instante en recurrir a la ofensa o a la adjetivación procaz, sin medir las consecuencias futuras para el propio país; utilizan a la perfección el sentimiento de pena, no de solidaridad, cuando el Presidente se autocalifica inadecuadamente como ´indio´, lo que sin lugar a dudas le da a la lucha política nacional un contenido fuertemente racial, que es deliberadamente alimentado por el MAS.
La categoría etnia es parte del discurso oficial del Gobierno, no como una forma de reivindicar a los sectores marginados desde siempre y que hoy merecen una incorporación sincera y honesta a la política y a la economía, sino como un pretexto para alimentar el odio y la división entre bolivianos, al grado de evitar la construcción de un Estado intercultural.
Una gran muestra de la decisión de profundizar las contradicciones en lugar de resolverlas fue la realización de la Asamblea Constituyente, que concluyó en un monumental fracaso y que hoy se ha convertido en el centro del conflicto que se pinta como irresoluble, salvo que la resolución de aquéllas sea por otros medios no precisamente democráticos.
Entonces, lo sucedido el 24 de mayo no es nada más ni nada menos que parte de la implementación de la estrategia de la violencia del MAS en el país y del cumplimiento de la venganza presidencial en contra de Sucre.
*Germán Gutiérrez G.es abogado constitucionalista.
Fuente:
http://www.la-razon.com/versiones/20080618_006307/nota_246_616531.htm
Este blog ha sido creado para que los paceños nos quitemos el estigma de que somos masistas. LA PAZ NO APOYA AL MAS, La Paz no apoya los afanes totalitarios del gobierno de Evo Morales. Bienvenidos los nuevos lectores: LA PAGINA SE ACTUALIZA DIARIAMENTE
miércoles, 18 de junio de 2008
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