Luis Eduardo Siles
Sin tomar en cuenta los intereses estratégicos, políticos, económicos y comerciales del país, ni la opinión de la mayoría de los bolivianos, históricamente amigos de los Estados Unidos, el Gobierno ha iniciado una espiral de confrontación internacional absurda. Es que el discurso etnopopulista no estaría completo sin una reiterativa y furibunda perorata antinorteamericana de esencia más patológica que ideológica.
Lo que Evo Morales finge no entender es que nadie discute el derecho de realizar protestas en contra de la política estadounidense, manifestaciones que se llevan a cabo en todo el mundo, incluyendo en su propio territorio. Lo que hace a los recientes incidentes inusuales es el apoyo del Gobierno de Bolivia a ataques de deliberada violencia y brutalidad, orquestados manipulando la miseria de los marchistas, con el preciso objetivo de exacerbar los ánimos y provocar confrontaciones, sancionado luego al Comandante de la Policía que cumplió honorable y eficazmente con el deber de proteger a funcionarios del ataque de una turba de exaltados y sacatripas.
¿Se puede imaginar el lector alguna bandera más adecuada al infinito cinismo y demagogia de estos populistas que muertos y heridos a raíz de esos ataques? Pues es exactamente lo que en octubre del 2003 Morales, Mamani, Quispe, entre otros, lograron con la parodia criminalmente embustera de oponerse a Chile y al supuesto plan de vender gas a través de sus puertos. Instigados entre muchos otros por Édgar Patana y Roberto de la Cruz, que ha sido filmado linchando a un hombre en El Alto y permanece absolutamente impune ante ese crimen y otras acusaciones, los ´héroes de octubre´ desataron una violencia descontrolada que enlutó a Bolivia y ahora exigen, con métodos similares, que quienes participaron en esos hechos del lado del Gobierno sean enjuiciados unilateralmente.
La frenética politización de la tragedia hace que sea difícil concebir que en el mediano plazo se pueda llevar a cabo una investigación y un juicio justo por los hechos de octubre, sobre todo si consideramos que, entre otras cosas, en este gobierno han ocurrido más de cien linchamientos que han contado con el tácito aval oficial, turbas oficialistas han atacado el Tribunal Constitucional a dinamitazos, y los jueces de la Corte Suprema y el Tribunal Constitucional, así como los miembros del Parlamento, han sido objeto de amenazas, amedrentamientos y acoso sistemático.
A casi 30 años de la crisis de los rehenes de la embajada norteamericana en Teherán, cuyo proceso empezó con manifestaciones comparables a la de junio en La Paz, y cuando del régimen de Evo Morales se afana en establecer vínculos con el fundamentalista Gobierno de Irán, es como para preguntarse si Washington definirá, esta vez, una política consistente para dar a conocer al mundo las amenazas de Hugo Chávez y su operador Evo Morales, activos protagonistas de una conspiración en contra de la libertad y la democracia en las Américas.
*Luis Eduardo Siles es politólogo.
Fuente:
http://www.la-razon.com/versiones/20080619_006308/nota_246_617202.htm
Este blog ha sido creado para que los paceños nos quitemos el estigma de que somos masistas. LA PAZ NO APOYA AL MAS, La Paz no apoya los afanes totalitarios del gobierno de Evo Morales. Bienvenidos los nuevos lectores: LA PAGINA SE ACTUALIZA DIARIAMENTE