La inesperada pero decidida actitud del presidente de la Corte Nacional Electoral (CNE), José Luis Exeni, de anunciar, el lunes pasado, que no se realizarán los referendos dirimidor y aprobatorio del proyecto de Constitución, el 7 de diciembre, debido a que no existe una ley del Congreso que apruebe tal consulta a través de una convocatoria específica, ha dejado una sensación de alivio en la opinión pública. Ciertamente, la dirección de la CNE en manos de José Luis Exeni —acusado de ser afecto al masismo— provocaba una inmensa desconfianza, más todavía cuando, en el último referéndum revocatorio de mandato, ha existido y persiste la sombra de irregularidades.
Por tanto, el Decreto 29691, dictado por el Gobierno —que incluía la elección de prefectos, subprefectos y consejeros departamentales en el mismo día—, ha quedado en suspenso, ´en tanto no se solucionen los impedimentos de orden legal´, como expresaron el presidente Exeni y la vocal Amalia Oporto, en ausencia del vocal Jerónimo Pinheiro, presuntamente afectado por motivos de salud.
Pese a que el Gobierno ha reaccionado de manera airada y que el ministro de Defensa Legal de Recuperaciones Estatales, Héctor Arce, ha asegurado que la decisión de la CNE no tiene efecto jurídico, Exeni ha hecho pública una relación de argumentos constitucionales que parecen irrebatibles, encuadrados dentro de la legalidad —entre otros, realizar una auditoría al cuestionado Padrón Electoral vigente—, que han provocado una natural satisfacción por lo menos en cinco cortes electorales departamentales que se oponen a la convocatoria del Gobierno por considerarla ilegal.
Ahora la CNE, y en especial su presidente, están recibiendo, asimismo, embates de diversa naturaleza política, como han sido las expresiones del Primer Mandatario —que estaba de viaje oficial en Libia e Irán—, quien manifestó, en una expresa desautorización a Exeni, que: ´Cuestionar y hacer una auditoría al Padrón Electoral es una medida a pedido de la derecha, de los prefectos que obedecen a los intereses de grupos y no del pueblo boliviano´. Pero, también, como era de esperarse, algunos dirigentes masistas ya han calificado la medida de la CNE como una traición manifiesta a los ´movimientos sociales´.
Si efectivamente ha surgido una buena señal para el pueblo y expresiones de satisfacción de parte de militantes de Podemos, el MNR y UN, el vocal Jerónimo Pinheiro —ausente como se sabe en la reunión del lunes pasado— no ha dejado de inquietar cuando, anteayer, le restó legalidad a la decisión de sus colegas de la CNE. Empezó por cuestionar que existiera ´sala plena´ ya que ésta se constituye con la mayoría de los vocales, que, con su ausencia, no existía. Pero, además, Pinheiro, que es vicepresidente de la CNE, expresó que sus colegas son conscientes de que la posición del presidente Exeni y la vocal Oporto ´no tiene ningún valor legal´. Señaló además que estuvo reunido con los vocales de la Corte Departamental de La Paz, quienes coinciden en la ilegalidad del anuncio de la CNE.
Es de esperar que, en las próximas horas, se aclare este impasse que se ha producido y que Pinheiro ofrezca su posición franca y esclarecedora ante la opinión pública, que, repetimos, está en vías de reivindicar el bien ganado prestigio que tenía la CNE.
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